Te contaré una breve explicación para que puedas empezar a adentrarte en este mundo de lo místico…
El Ojo en el Antiguo Egipto, era un símbolo muy importante al que se le atribuían características mágicas, protectoras y sanadoras. Símbolo solar que encarnaba el orden y el estado perfecto. Muchos amantes del ocultismo ya conocen el ojo de Horus y también algunos entendidos lo relacionan con una mágica glándula del cerebro. Recordemos que poseemos un cerebro cuyas funciones y capacidades desconocemos en su totalidad.
La glándula pineal, que no es más grande que una lenteja o un frijol, está ubicada en el centro del cerebro y produce dos neurotransmisores muy importantes: la melatotina (nocturno) y la serotonina (diurno).
Imagina que por un momento tuvieras un área del cerebro dormida, y que en culturas antiguas, un grupo selecto de personas sabían cómo activarlas. En las culturas antiguas existía un profundo conocimiento de la salud y la vida, de hecho, los chamanes, magos y sacerdotes eran casi dioses que podían recibir información de otras dimensiones y curar enfermedades de todo tipo.
Pero la humanidad en su totalidad fue perdiendo este riquísimo conocimiento. En metafísica, ocultismo y algunas religiones orientales se dice que la glándula pineal está relacionada con el ojo de Horus y que es inmensamente poderosa. También se dice que a la hora de iniciar un camino espiritual avanzado, activar la glándula pineal permite acceder a un poder universal tremendo: Autosanación, activación de la imaginación, amplificación del aura, comunicación con otras dimensiones etc. En definitiva, a experimentar lo poderosos que somos.
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